Di Leo teje una impecable historia de antihéroes, kairos y kronos, en la que el tiempo perfecto de la venganza sucumbe al tiempo inexorable del destino: desde la formidable secuencia inicial de la entrega, completada con el asesinato de tres mensajeros, queda claro que la suerte está echada para todos bajo esa cúpula urbana sucia, realista y violenta, llena de mundos en perpetua y fatal colisión.
Un Milán oscuro y nebuloso, donde la ciudad del lujo, las villas y las oficinas ultramodernas pertenecen a la nueva criminalidad del americano, mientras que en el vientre de los barrios bajos sobrevive el viejo padrino de la Piazza, Don Vincenzo. «Ahora ya no viene nadie a verme, pero antaño, cuando yo daba las órdenes…»: ciego, acabado, sólo se ocupa de él otro de sus matones, Chino, voz del coro en la tragedia.
¿»El americano»? Sé que es una bestia fea. Amigos influyentes en la cima y gente sin escrúpulos en la base: nunca vayas contra él. Además, está limpio. Nunca ha estado dentro. ¿Sabes qué significa eso? Que ha tratado con comisarios, finanzas e incluso magistrados: lleva veinte años en el cargo. No les tengo miedo, pero no quiero involucrarme porque no sería apropiado».
Dos métodos y mentalidades diferentes e irreconciliables: si Chino le dice a Ugo que le pida «siempre lo que quieras, pero no me pidas que me salte las normas», para el americano hay que hacer a los demás «lo que te quieran hacer a ti, ¡pero hazlo antes!». Ambos malditos, la vieja mafia acabará matando a la nueva («La llaman mafia, pero hoy son bandas que luchan y compiten entre sí. La verdadera mafia ya no existe»), pero al precio más alto posible.
Di Leo denuncia un sistema corrupto en el que se confunden causa y efecto, se paga por la integridad profesional, el castigo se concibe como venganza («Ahora han empezado a impugnar incluso la cárcel: quieren lugares sanos y espaciosos») y la reivindicación de las libertades fundamentales y la justicia social más elemental se hace pasar por subversión y odio de clase («¡Mercuri, se nace delincuente! (…) Pero, ¿quizás la tienes tomada con los ricos?»).
Fuente
Género: thriller
Reparto
Gastone Moschin: Ugo Piazza
Barbara Bouchet: Nelly Bordon
Mario Adorf: Rocco Musco
Frank Wolff: comissario
Luigi Pistilli: comisario adjunto Mercuri
Ivo Garrani: Don Vincenzo
Philippe Leroy: Chino
Lionel Stander: el americano



Preludio